Jhonn Cobeñas
En el corazón del Amazonas, bajo los renacos donde el agua es memoria detenida, una “ciudad sin tiempo” acecha: un umbral que llama por tu nombre con una voz demasiado perfecta; quien responde, no regresa.Pescadores, niños sin sombra y un arqueólogo exiliado se cruzan con ese límite: reflejos que parpadean antes que tú, dobles que usan tu voz y regresos que no huelen a vida.A través de relatos entrelazados —de la leyenda de la Ciudad Dorada y el nacimiento mítico de Iquitos hasta la “lengua del colibrí”— la obra revela que la ciudad no es lugar, sino mecanismo: un centro que imita, absorbe nombres y devora sin moverse.La ayahuasca no es medicina ni droga, sino llave para abrir puertas sin marco; algunas canciones no fueron hechas para oídos humanos.Aquí el horror es íntimo y ceremonial: susurros en la bruma, símbolos que despiertan y un espejo que ya no devuelve quien fuiste. Un viaje hipnótico por el mito vivo de la selva y por las fronteras de la memoria.