David Esteban Orozco
La raza humana, compleja sin duda alguna, ha combatido durante toda su vida contra toda clase de amenazas e infortunios no únicamente desde una perspectiva violenta y egoísta, sino también en pro de la supervivencia. Pese a tantas batallas, hay una que todavía no se ha ganado en nombre de la humanidad y, según las ideas de un eterno retorno, jamás se ganará: la que existe contra la propia mente. La feroz lucha que cada humano sostiene contra el YO de sus profundidades. Sucesos externos moldean nuestro pensamiento y, en la misma dirección de desarrollo, encaminan nuestras emociones. El hombre que vence su propia oscuridad puede alumbrar su mundo, pero si pierde la cruda guerra contra la perversión de la sociedad y deja corromper su alma, está destinado a ser un autómata más en este indiferente espacio infinito. Un cascarón vacío y derrotado que no merece contemplación de ningún tipo. Afortunadamente, la lucha es casi perpetua y la derrota definitiva aparece únicamente cuando se deja de pelear.Por lo pronto, en Corral de Autómatas se pueden leer historias de todo tipo, en las cuales siempre hubo batallas que se ganaron y otras que se perdieron. Luchas que derramaron sangre, lágrimas o incluso ambas. Sus narraciones develan que en la mente reside nuestra mayor debilidad, pero, así mismo, aquella áurea virtud que nos puede hacer invencibles.Cada cuento aquí narrado tiene el potencial de flaquear el valor, sin embargo, en las mismas páginas se puede hallar algo de esperanza. ¿Enigmática y oculta? Sí, el mejor tesoro se encuentra tras un críptico ciclón de pensamientos. Algunos de los cuentos ofrecen espacios de descanso mental para continuar navegando en esas turbulentas líneas.
