José María Rodríguez Sánchez
Año 2067. Cristina y Marcos viven perdidos en una recóndita granja rodeada demontañas, aislados de todo y de todos, cuidando de sus animales y cultivandola tierra. Hace tiempo que decidieron vivir así, desde que el mundo empezó acambiar de forma desaforada y se dieron cuenta que aquello no iba con ellos.Durante años han sido felices a su manera; sin embargo, ahora ya son mayoresy cada día tienen más achaques. Empiezan a fallarles las fuerzas. De repente, sumundo se desmorona, y florecen los recuerdos, la nostalgia y los autorreprochespor lo que pudo ser y no fue. Sienten la necesidad de hablar, de verbalizar lo quea lo largo de tantos años han ido anidando en sus corazones, pero no se atrevena hacerlo. Entre ellos, todo lo que se podían decirse ya está dicho. La soledad lesha hecho mella.Jacinto es débil, poquita cosa. Un cerdito con dificultades para crecer que sobre-vive gracias a los cuidados especiales que recibe durante sus primeras semanasde vida. Dotado de una singular capacidad para escuchar y comprender a loshumanos, e inmerso en un desgarrador proceso evolutivo que le llevará a descu-brir lo que significa ser un cerdo, se convierte en confidente de sus amos. A él lecuentan lo que no se atreven a contarse el uno al otro: miedos, dudas, reproches,pesares Todo, lo personal y lo que a lo largo de sus vidas fue acaeciendo en elmundo y que tanto los marcó. Sucesos y cambios que ni siquiera podían llegar aimaginar siendo críos y que hicieron de la Tierra un lugar inhóspito e irrecono-cible para las personas.El cerdito Jacinto es la crónica de la evolución de una sociedad, la humana,que en su progreso desenfrenado acaba siendo dominada por máquinas y an-droides. Contada por un cerdito y basada en lo que escuchó decir a sus amos, esuna historia de amor, sufrimiento, amistad, valores, principios la historia de lahumanidad a través de las vivencias de dos personas anónimas que pasaron poreste mundo sin pena ni gloria y cuya existencia nadie recordaría si no fuesepor Jacinto.