Justo Baella
Esta es la tercera entrega de Sinchi Kary, el héroe de grandes aventuras, siempre al servicio del mismísimo Rey de los Dioses al cuidado del legado patrimonial del Imperio de los Incas. En esta oportunidad comparte protagonismo con otros personajes propios del acontecer histórico y legendario del Tahuantinsuyu. Tal vez, la parte más importante de su participación es a partir de la tercera parte de este relato, cuando él y el duende Miski, su acompañante y socio de siempre, tienen que rescatar a Aramu Muru y llevarlo a salvo hasta el Portal de Hayumarca. En este episodio escapan de los españoles que quieren apoderarse del 'Disco Solar' y de 'Umiña' la Esmeralda Sagrada. Previamente y dentro del desarrollo de la historia, se detalla la aventura de Súpay, el Demonio del Averno, en la Zona Oscura de la Ciudad Eterna, en donde pasa una serie de peligros para obtener el huevo de una Amaru HatunKaray, la cual es una serpiente voladora muy especial pues mide más de 20 metros de largo. Súpay logra robar el huevo y lo entrega a los malvados duendes Yanas, enemigos de los bondadosos duendes Wanqis. Al cabo de cien años nace en la tierra una Amaru que causa muchos estragos entre los Wanqis y los humanos en el Valle de los Incas.En casi todos los casos tienen participación Sinchi, los duendes Yanas y los Wanqis; también Miski y sus hermanos, los duendes hijos de Inti, y una serie de situaciones y personajes que complementan el desarrollo del libro: tales como por ejemplo Kúntur, el cóndor sagrado, amigo de Sinchi; los murciélagos gigantes en el túnel al Nevado de Salkantay; Awqa, el Dios de la guerra; Puñuy, el Dios del Sueño; Cahuide, el capitán inca que guarda el tesoro en Salkantay; Manco Inca, el Zapa Inca que se rebela contra los conquistadores..., y muchos otros que contribuyen con el desarrollo de la historia.
